Divina Bolivia abrió las puertas de su local de Palermo para recibir a niños de diferentes edades que dibujaron y pintaron en largas láminas, de la mano de la Artista Mónica Weiis, y por la tarde a Daniela Lieban que junto a Franco Carzedda ofrecieron un espectáculo de Cuento y Percusión.
La empresa es una creación de Gustavo Samuelián, y el encargado de Divina Bolivia es su hermano, Martín Samuelián. Ambos trabajaron en diferentes lugares relacionados con la moda, y en 2005 encararon el proyecto de vender ropa en un ambiente que netamente lo identifica por el sentido personal. El local está decorado con objetos de sus mundos internos donde se puede encontrar imágenes de artistas, fotografías en blanco y negro, colores, pinturas y un sinfín de íconos que mezclados con la ropa que venden despiertan un maravilloso mundo de sensaciones a quien desee ingresar al mundo de Divina Bolivia.
Además de ser el encargado del local, Martín Samuelián es pintor. Al hablar de la decoración del local comentó “Desde mi lugar puedo interpretar lo que mi hermano (Gustavo) es, ese valor que le dieron sus hijos. Creo que los niños que cambian el Yo, lo que uno es. Considero que eso es algo tan grande que inspira para dedicarle el tiempo y el espacio y la importancia necesaria. Desde este lugar, que casualmente tiene ropa para niños, y juguetes por todos lados, pensamos que era ideal como para que Chacha se desplace con toda su magia de Palermo Creativo”.
En cada palabra, la mirada del artista se pierde el los miles objetos, como recorriendo con su memoria las imágenes de su vida. Sin titubear, con la paz de quien habla desde el corazón, Martín hizo un balance al decir que “Es como que en la vida cotidiana uno se olvida que fue un niño. A mi me ayuda un poquito tener que decorar el local porque cuando lo hago pienso en que yo soy artista; y para mí conectarme con mi niño interno es algo fundamental, porque por ese lado es como refrescar el tiempo, y a la vez es un hecho muy inspirador desde lo individual, dado que trabajo de pintor y por ejemplo muchas veces les pregunté a mis sobrinos y otros niños qué sentían al ver mis obras. Trabajar acá es como que te refresca ¿De qué se trata todo? Desde este lugar, uno ES para los niños”.
En medio de prendas multicolores, juguetes y diversos objetos que forman un “algo” con las imágenes sobre las paredes Martín Samuelián señaló que “Los chicos te recuerdan esa cosa fresca y frágil que tiene el ser humano cuando es niño. Ellos no tienen condicionamientos. Después uno se estructura, es como que se arma para la vida. Pero a todo adulto le hace bien tomar esa frescura que tienen los niños.”
Por Fabián Irineo Pelaez